Tener una pieza original es una oportunidad única. El artista logra convocar las lineas, formas y pinceladas precisas para llegar a una pieza de una belleza inigualable. Adquirir una obra de arte original viene también con la responsabilidad de conservar y asegurar su existencia en el tiempo, lo que la hace también más valiosa con cada año que pasa. Nadie más en el mundo tendrá este cuadro, ya que está hecho a mano por el propio artista. Todas las obras se entregan enmarcadas y con certificado de originalidad.